El Código de Caballería se basa en las siguientes ideas:
1.- Valor: Buscar la excelencia en todas las aptitudes que se esperan un caballero, ya sean marciales o de otro tipo, tratando de encontrar la fuerza necesaria para ser usada al servicio de la justicia, en vez de para el engrandecimiento personal. Tratar de hacer todo de forma tan sincera como sea posible, no en razón de un beneficio personal, sino porque es lo correcto. No restrinjas tu exploración a un mundo pequeño; busca infundir de estas cualidades cada aspecto de tu vida. Si lo consigues, aunque sea en una pequeña medida, serás recordado por tu calidad humana y tus virtudes.
2.- Justicia: Buscar siempre el camino hacia 'lo justo' y correcto con sinceridad, sin prejuicios ni interés personal. Darse cuenta de que la espada de la justicia puede ser terrible, por lo que debe ser atemperada por la humanidad y la clemencia. Si lo que tú ves como 'justo' concuerda con lo que ven los demás y lo buscas sin doblegarte a la tentación de tu propia conveniencia, entonces merecerás un bien ganado renombre.
3.- Lealtad: Ser conocido por tu inquebrantable compromiso con la gente y con los ideales de la orden. Hay muchas cosas que requieren un término medio; la lealtad no es una de ellas.
4.- Defensa: El caballero está obligado a defender a su señor y a todos aquellos que dependan de él. Tratar siempre de defender a todos aquellos a dignos de tu lealtad.
5.- Coraje: Estar preparado para hacer sacrificios personales al servicio del los ideales de caballero. Ser un caballero significa, a menudo, elegir el camino más difícil, el más costoso a nivel personal, al mismo tiempo, un caballero debe buscar la sabiduría que le haga ver que la estupidez y el coraje están separado por una fina línea. Coraje también significa optar en todo, antes que por la mentira fácil, por la verdad.
6.- Humildad: Valorar primero las contribuciones de los demás; no jactarse de los propios logros. Contar las hazañas de los demás antes que las propias, otorgándoles el renombre bien ganado mediante actos virtuosos. De esa forma, se glorificará al oficio de caballero, ayudando no sólo a las personas de las que se habla, sino a todos aquellos que se llamen a sí mismos caballeros.
7.- Generosidad: Ser generoso en la medida en que los recursos propios lo permitan; la generosidad usada de esta manera es contraria a la gula. La generosidad hace más fácil el camino de la clemencia para discernir cuando se hace necesaria una decisión difícil.
8.- Nobleza: Buscar la grandeza de carácter manteniéndose fiel a las virtudes y tareas de un caballero, dándose cuenta de que, aunque los ideales no puedan ser alcanzados, el hecho de esforzase por hacerlo ennoblece el espíritu y hace que el carácter crezca desde las cenizas hasta la gloria. La nobleza tiene tendencia a influir en los demás, ofreciendo un buen ejemplo de lo que puede hacerse al servicio de lo justo.
Antes de emprender la misión asignada para convertiste en caballero de pleno derecho, el joven caballero novel deberá jurar sobre su espada que respetará estos mandamientos. Si un caballero viola alguno de estos mandamientos, habrá "deshonrado su acero". Según la tradición su espada le fallará en combate, quedando mellada o incluso partiendose en el momento más inoportuno.
Existen una serie de "reglas de honor" tradicionales que todos los caballeros deben compartir y respetar. Estas antiguas reglas son una parte muy importante del Código de Caballería y proceden de los mismísimos orígenes de la caballería distinguiendo a los caballeros de todos los demás estamentos militares.
Estas reglas de honor son:
1.- En un reto personal un caballero siempre a de luchar en igualdad de condiciones con su adeversario. Antiguamente se ensaba que un caballero sólo podía luchar en combate cuerpo a cuerpo, pero esto más que honorable era insensato y suicida.
2.- Un caballero debe aceptar siempre un desafío a combate personal
3.- Un caballero nunca desenfundará su espada contra otro caballero de la Orden, excepto en un juicio de virtud o en un torneo.
4.- Un caballero jamás se dejará capturar por el enemigo
5.- Un caballero jamás huirá ante el enemigo
El objetivo de estas reglas de honor no es sólo asegurar que los caballeros mantengan su honor sin manchas, sino también que se preserve el honor de la nobleza en su totalidad. Así, todos los caballeros son merecedores del respeto por parte de las demás clases sociales.
Si un caballero viola alguna de estas "reglas de honor", algo raro, pero que suceder si tiene que enfrentarse a fuerzas abrumadora mente superiores, el caballero intentará redimirse. Para conseguir redimirse el caballero tendrá tres opciones: marchar en busca del Grial; ponerse al servicio de una dama u otro caballero de nivel superior, hasta que este considere que se ha redimido de su falta; o, llevara a cabo alguna hazaña de armas que sea más meritoria que su acto de deshonor.
Si un caballero es acusado de cometer un acto de deshonor o de violar el Código de la Caballería, el caballero tendrá derecho a defenderse en un Juicio de Virtud en el que deberá enfrentarse a su acusador, o a un paladín designado por este, si el acusador no es un caballero.
1.- Valor: Buscar la excelencia en todas las aptitudes que se esperan un caballero, ya sean marciales o de otro tipo, tratando de encontrar la fuerza necesaria para ser usada al servicio de la justicia, en vez de para el engrandecimiento personal. Tratar de hacer todo de forma tan sincera como sea posible, no en razón de un beneficio personal, sino porque es lo correcto. No restrinjas tu exploración a un mundo pequeño; busca infundir de estas cualidades cada aspecto de tu vida. Si lo consigues, aunque sea en una pequeña medida, serás recordado por tu calidad humana y tus virtudes.
2.- Justicia: Buscar siempre el camino hacia 'lo justo' y correcto con sinceridad, sin prejuicios ni interés personal. Darse cuenta de que la espada de la justicia puede ser terrible, por lo que debe ser atemperada por la humanidad y la clemencia. Si lo que tú ves como 'justo' concuerda con lo que ven los demás y lo buscas sin doblegarte a la tentación de tu propia conveniencia, entonces merecerás un bien ganado renombre.
3.- Lealtad: Ser conocido por tu inquebrantable compromiso con la gente y con los ideales de la orden. Hay muchas cosas que requieren un término medio; la lealtad no es una de ellas.
4.- Defensa: El caballero está obligado a defender a su señor y a todos aquellos que dependan de él. Tratar siempre de defender a todos aquellos a dignos de tu lealtad.
5.- Coraje: Estar preparado para hacer sacrificios personales al servicio del los ideales de caballero. Ser un caballero significa, a menudo, elegir el camino más difícil, el más costoso a nivel personal, al mismo tiempo, un caballero debe buscar la sabiduría que le haga ver que la estupidez y el coraje están separado por una fina línea. Coraje también significa optar en todo, antes que por la mentira fácil, por la verdad.
6.- Humildad: Valorar primero las contribuciones de los demás; no jactarse de los propios logros. Contar las hazañas de los demás antes que las propias, otorgándoles el renombre bien ganado mediante actos virtuosos. De esa forma, se glorificará al oficio de caballero, ayudando no sólo a las personas de las que se habla, sino a todos aquellos que se llamen a sí mismos caballeros.
7.- Generosidad: Ser generoso en la medida en que los recursos propios lo permitan; la generosidad usada de esta manera es contraria a la gula. La generosidad hace más fácil el camino de la clemencia para discernir cuando se hace necesaria una decisión difícil.
8.- Nobleza: Buscar la grandeza de carácter manteniéndose fiel a las virtudes y tareas de un caballero, dándose cuenta de que, aunque los ideales no puedan ser alcanzados, el hecho de esforzase por hacerlo ennoblece el espíritu y hace que el carácter crezca desde las cenizas hasta la gloria. La nobleza tiene tendencia a influir en los demás, ofreciendo un buen ejemplo de lo que puede hacerse al servicio de lo justo.
Antes de emprender la misión asignada para convertiste en caballero de pleno derecho, el joven caballero novel deberá jurar sobre su espada que respetará estos mandamientos. Si un caballero viola alguno de estos mandamientos, habrá "deshonrado su acero". Según la tradición su espada le fallará en combate, quedando mellada o incluso partiendose en el momento más inoportuno.
Existen una serie de "reglas de honor" tradicionales que todos los caballeros deben compartir y respetar. Estas antiguas reglas son una parte muy importante del Código de Caballería y proceden de los mismísimos orígenes de la caballería distinguiendo a los caballeros de todos los demás estamentos militares.
Estas reglas de honor son:
1.- En un reto personal un caballero siempre a de luchar en igualdad de condiciones con su adeversario. Antiguamente se ensaba que un caballero sólo podía luchar en combate cuerpo a cuerpo, pero esto más que honorable era insensato y suicida.
2.- Un caballero debe aceptar siempre un desafío a combate personal
3.- Un caballero nunca desenfundará su espada contra otro caballero de la Orden, excepto en un juicio de virtud o en un torneo.
4.- Un caballero jamás se dejará capturar por el enemigo
5.- Un caballero jamás huirá ante el enemigo
El objetivo de estas reglas de honor no es sólo asegurar que los caballeros mantengan su honor sin manchas, sino también que se preserve el honor de la nobleza en su totalidad. Así, todos los caballeros son merecedores del respeto por parte de las demás clases sociales.
Si un caballero viola alguna de estas "reglas de honor", algo raro, pero que suceder si tiene que enfrentarse a fuerzas abrumadora mente superiores, el caballero intentará redimirse. Para conseguir redimirse el caballero tendrá tres opciones: marchar en busca del Grial; ponerse al servicio de una dama u otro caballero de nivel superior, hasta que este considere que se ha redimido de su falta; o, llevara a cabo alguna hazaña de armas que sea más meritoria que su acto de deshonor.
Si un caballero es acusado de cometer un acto de deshonor o de violar el Código de la Caballería, el caballero tendrá derecho a defenderse en un Juicio de Virtud en el que deberá enfrentarse a su acusador, o a un paladín designado por este, si el acusador no es un caballero.
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