1. Al principio, antes de entrar el escudero en la orden de caballería, conviene que se confiese de las faltas que ha cometido contra Dios, al cual quiere servir en la orden de caballería, y si está sin pecado, debe recibir el precioso cuerpo de Jesucristo como corresponde.
2. Para armar caballero conviene alguna fiesta de las honradas del año, para que por el honor de la fiesta se junten muchos hombres aquel día en aquel lugar en que el escudero debe ser armado caballero, y que todos rueguen a Dios por el escudero, que Dios le dé gracia y bendición por la cual sea leal a la orden de caballería.
3. El escudero debe ayunar la víspera de la fiesta en honor del santo cuya fiesta se celebra. Y debe ir a la iglesia a rogar a Dios la noche antes del día en que ha de ser caballero, y debe velar, y estar en oración y en contemplación, y oír palabras de Dios y de la orden de caballería Y si escucha a juglares que cantan o hablan de obscenidades y de pecado, desde el primer momento comienza a deshonrar y a menospreciar la orden de caballería.
4. Al día siguiente conviene que se cante misa solemnemente; y el escudero debe ir ante el altar y ofrecerse al sacerdote, que está en lugar de Dios, y a la orden de caballería, para ser servidor de Dios;y conviene que se obligue y se someta a honrar y a mantener la dicha orden con todo su poder Aquel día conviene que haya sermón, en el cual se expliquen los catorce artículos en que está fundada la fe, y los diez mandamientos, y los siete sacramentos de la santa Iglesia, y las demás cosas que atañen a la fe.Y el escudero debe recordar mucho todas estas cosas para que sepa concordar el oficio de caballería con las cosas que atañen a la santa fe católica.
5. Los catorce artículos son éstos: Creer en un Dios es el primer artículo. Creer en el Padre y en el Hijo y en el Espíritu Santo son tres artículos. Y conviene que el hombre crea que el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo son un solo Dios eternamente, sin fin ni principio. Creer que Dios es creador de todo cuanto existe es el quinto. El sexto es creer que Dios es recreador, esto es, que ha redimido al linaje humano del pecado que Adán y Eva cometieron. El séptimo es creer que Dios dará gloria a aquellos que están en el paraíso.Estos siete artículos conciernen a la divinidad.
Estos otros siete conciernen a la humanidad que el Hijo de Dios tomó en Nuestra Señora Santa María, los cuales siete son éstos: Creer que Jesucristo fue concebido por obra del Espíritu Santo cuando San Gabriel saludó a Nuestra Señora es el primero. El segundo es creer que Jesucristo nació. El tercero es que fue crucificado y muerto para salvarnos. El cuarto es que su alma descendió a los infiernos para liberar a Adán y a Abrahán y a los demás profetas que creyeron antes de morir en su advenimiento. El quinto es creer que Jesucristo resucitó. El sexto es creer que subió a los cielos el día de la Ascensión. El séptimo es creer que Jesucristo vendrá el día del iuicio, cuando todos hayamos resucitado, y juzgará a buenos y malos. Todo hombre está obligado a creer estos catorce artículos, que son testimonios de Dios y de sus obras, y sin estos artículos ningún hombre se puede salvar.
6. Los diez mandamientos que Dios dio a Moisés en el monte Sinaí son éstos: A un Dios tan sólo adorarás y servirás. No seas perjuro. Guardarás el sábado. Honrarás a tu padre y a tu madre. No harás homicidio. No fornicarás. No harás latrocinio. No harás falso testimonio. No envidiarás la mujer de tu prójimo. No tendrás envidia de los bienes de tu prójimo. A todo caballero le conviene saber estos diez mandamientos, para que en su orden no sea desobediente a los mandamientos que Dios ha dado.
7. Los siete sacramentos de la santa Iglesia son éstos: Bautismo. Confirmación. El sacrificio del altar. La penitencia que el hombre hace de sus pecados. Los órdenes que hace el obispo cuando hace presbíteros, diáconos y subdiáconos. Matrimonio. Unción, Por estos siete sacramentos nos hemos de salvar; y a honrar y cumplir con estos siete sacramentos obliga el juramento de caballería, y por eso concierne a todo caballero saber a qué cosas obliga su oficio.
8. De todas estas cosas arriba dichas debe predicar el sacerdote, y de las demás cosas que atañen a caballería; y el escudero que quiere ser caballero debe rogar a Dios que le dé gracia y bendición para que todo el tiempo de su vida pueda ser su servidor.
9. Cuando el sacerdote ha hecho lo que es propio de su oficio, entonces conviene que el príncipe o el alto barón que quiere armar caballero al escudero que pide caballería tenga en sí mismo virtud y orden de caballería, para que pueda, por la gracia de Dios, dar virtud y orden de caballería al escudero que quiere orden y virtud de caballería. Y si el caballero no es en sí mismo ordenado ni virtuoso, no puede dar lo que no tiene, y es de peor condición que las plantas, que tienen la virtud de darse las unas a las otras su naturaleza, y eso mismo se sigue de las bestias y de las aves.
10. Caballero malvado que desordenadamente quiere hacer y multiplicar la orden, injuria hace a caballería y al escudero; y de aquello por lo que debería ser deshecho quiere hacer lo que no debe ser hecho. Y por la falta de tal caballero sucede que algunas veces el escudero que toma caballería no es tan ayudado por la gracia de Dios ni por la virtud de la caballería; por eso es un necio aquel escudero que de tal caballero toma caballería.
11. El escudero debe arrodillarse ante el altar y levantar a Dios sus ojos, los corporales y los espirituales, y sus manos a Dios. Y el caballero le debe ceñir la espada, para significar castidad y justicia Y para significar la caridad debe besar al escudero y darle un bofetón, para que se acuerde de lo que promete y de la gran carga a que se obliga y del gran honor que recibe por la orden de caballería.
12. Luego que el caballero espiritual y el caballero terrenal han cumplido con su oficio de armar nuevo caballero, el caballero nuevo debe cabalgar y debe mostrarse a la gente para que todos sepan que él es caballero y que se ha obligado a mantener y a defender el honor de la caballería, pues cuantas más gentes conozcan su caballería, mayor freno tendrá el nuevo caballero a la hora de cometer faltas contra su orden.
13. Aquel día debe hacerse gran fiesta, dar convites, justar y las demás cosas que corresponden a la fiesta de la caballería. Y el señor que arma caballero debe repartir dádivas al nuevo caballero y a los demás caballeros nuevos. Y el caballero nuevo debe ser dadivoso aquel día, pues quien recibe don tan grande como es la orden de caballería desmiente su orden si no da según debe dar. Todas estas cosas y muchas otras que serían largas de contar se refieren al hecho de dar caballería.
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