sábado, 4 de diciembre de 2010

Séptima Parte: Del honor que conviene sea dado al caballero.

1. Dios ha honrado al caballero, y el pueblo ha honrado al caballero, según se ha dicho en este libro; así pues, la caballería es oficio honrado y muy necesario para el buen gobierno del mundo; y por eso el caballero, por todas estas razones y por muchas otras, debe ser honrado por las gentes.
2. Si rey, príncipe y señor de tierra debe ser caballero, pues sin tener el honor que conviene a caballero no merece ser príncipe ni señor de tierra, entonces los caballeros deben ser honrados por los reyes y por los altos barones; pues así como los caballeros hacen que los reyes y los altos señores sean honrados por encima de los demás hombres, así los reyes y los barones deben tener honrados a los caballeros por encima de los demás hombres.
3. Caballería y franquicia convienen entre sí, y la franquicia y el señorío del rey o del príncipe convienen entre sí, pues conviene que el caballero esté franco, para que el rey o el príncipe sea señor. Y siendo esto así, conviene que el honor del rey o de cualquier otro señor convenga con el honor del caballero, de tal manera que el señor de tierra sea señor y el caballero sea honrado.
4. Conviene al honor del caballero que sea amado porque es bueno, y que sea temido porque es fuerte, y que sea alabado por ser buenos sus hechos, y que se recurra a él por ser privado y consejero de señor, Por ello, menospreciar a caballero por ser de la misma naturaleza que los demás hombres es menospreciar todas las cosas arriba dichas por las que el caballero debe ser honrado.
5. Señor que en su corte y en su consejo y en su mesa hace honor a caballero, se hace honor a sí mismo en la batalla. Y señor que de sabio caballero hace embajador, encomienda su honor a la nobleza de corazón. Y señor que multiplica honor en caballero que es su servidor, multiplica su propio honor. Y señor que ayuda y mantiene a caballero, ordena su oficio y fortalece su señorío. Y señor que tiene por privado a caballero, tiene amistad con caballería.
6. Solicitar mujer de caballero y moverla a maldad no es honor de caballero. Y la mujer de caballero que tiene hijo de villano no honra al caballero y destruye la antigüedad de su linaje, Y caballero que por deshonestidad tenga hijo de vil hembra, no honra hidalguía ni caballería. De donde, siendo esto así, la hidalguía en mujer y caballero unidos en
matrimonio conviene con el honor de la caballería, y lo contrario es destrucción de caballería.

7. Si los hombres que no son caballeros están obligados a honrar al caballero, ¡cuánto más está obligado el caballero a honrarse a sí mismo y a su igual! Y si caballero está obligado a honrar su cuerpo yendo bien montado, y gentilmente vestido y ataviado, y servido por buenas personas, ¡cuánto más debe honrar su noble corazón, por el cual es caballero! El cual noble corazón es deshonrado cuando el caballero admite en él viles y malvados pensamientos, y engaños y traiciones, y expulsa de su corazón los pensamientos nobles que son propios de la nobleza de corazón.
8. Caballero que se deshonra a sí mismo y a su igual, no debe ser digno de honor ni de honra, pues si lo fuese se haría injuria al caballero que tiene honrada a caballería en sí mismo y en otro. De donde, como caballería es y está en caballero, ¿quién puede tanto honrar o deshonrar a la caballería como el caballero?
9. Muchos son los honores y las honras que deben ser hechos al caballero, y cuanto mayores son más obligado está el caballero a honrar caballería. Y pues tenemos que escribir el libro que trata de la orden de clerecía, por eso hacemos tan breve este Libro de la orden de caballería, el cual hemos terminado a mayor gloria y bendición de Nuestro Señor Dios.

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