sábado, 4 de diciembre de 2010

Tercera Parte: Que especifica el examen que debe ser hecho al escudero cuando quiere entrar en la orden de Caballería.

Tercera Parte: Que especifica el examen que debe ser hecho al escudero cuando quiere entrar en la orden de Caballería.
1. Para examinar escudero conviene que el examinador sea caballero amante de la orden de caballería, pues algunos caballeros hay que estiman más el gran número de caballeros que el que sean buenos. Y como caballería no atiende a la multitud del número y ama la nobleza de corazón y las buenas costumbres, por eso, si el examinador estima más la multitud de caballeros que la nobleza de la caballería, es inconveniente para ser examinador, y sería menester que fuese examinado y reprendido por la injuria que hace al alto honor de la caballería.
2. Al principio conviene preguntar al escudero que quiere ser caballero si ama y teme a Dios; pues sin amar y temer a Dios ningún hombre es digno de entrar en la orden de caballería, y el temor hace vacilar ante las faltas por las que la caballería recibe deshonor, De donde, cuando sucede que el escudero que no ama ni teme a Dios es armado caballero, si el escudero recibe honor por recibir caballería, caballería recibe deshonor en el escudero que no la recibe honrando a Dios, que ha honrado la caballería, Y como recibir honor y dar deshonor no convienen entre sí, por eso escudero sin amor y temor no es digno de ser caballero
3. Así como caballero sin caballo no se conviene con el oficio de caballería, así escudero sin nobleza de corazón no se conviene con la orden de caballería; pues la nobleza de corazón fue el principio de la caballería, y la vileza de corazón es destrucción de la orden de caballero. De donde, si escudero con vil corazón quiere ser caballero, entonces quiere destruir la orden a la que aspira; y si está contra la orden, ¿por qué aspira a la orden? Y quien hace caballero a escudero de vil corazón, ¿por qué deshace su orden?
4. La nobleza de corazón no la busques en la boca, porque no siempre dice verdad; ni la busques en ricas vestiduras, pues debajo de algún rico manto hay un corazón vil y flaco en el que reside maldad y engaño. Ni busques la nobleza de corazón en el caballo, pues no te podrá responder; ni busques un noble corazón en la guarnición y el arnés, pues dentro de los más ricos adornos puede haber un corazón falaz y malvado. De donde, si quieres encontrar nobleza de corazón, búscala en la fe, esperanza, caridad, justicia, fortaleza, lealtad y en las demás virtudes, pues en ellas reside la nobleza de corazón; y por ellas el noble corazón del caballero se defiende de la maldad y del engaño y de los enemigos de la caballería.
5. Edad conveniente le es necesaria al nuevo caballero, pues si el escudero que quiere hacerse caballero es demasiado joven, no puede haber aprendido las costumbres que son propias del escudero antes de convertirse en caballero; y no podrá tampoco recordar lo que promete al honor de la caballería, si es armado nuevo caballero en la infancia. Y si el escudero es viejo y hay debilidad en su cuerpo y quiere ser caballero, antes de llegar a viejo hizo injuria a caballería, que es mantenida por fuertes combatientes y es envilecida por flacos, desvalidos y vencidos que huyen.
6. Así como la medida de la virtud está en el medio, y su contrario en los dos extremos, que son vicio, así caballería está en la edad que conviene a caballero; de no hacerlo, se seguiría que habría contrariedad entre medida y caballería; y si la hubiera, virtud y caballería serían contrarias Y si lo son, tú, escudero, que demasiado te apresuras o te retrasas en ser caballero, ¿por qué quieres entrar en la orden de caballería?
7. Si por la belleza de las facciones y por un gran cuerpo armonioso, por tener rubios los cabellos o llevar un espejo en la bolsa, el escudero debiese ser armado caballero, podrías entonces hacer escudero y caballero al bello hijo de un payés o a una mujer hermosa; y si lo haces, deshonras y menosprecias la antigüedad de un linaje honrado; y la nobleza que Dios ha dado mayor a hombre que a mujer la rebajas a vileza; y por tal menosprecio y deshonor envileces y rebajas la orden de caballería.
8. Hidalguía y caballería convienen y concuerdan entre sí; pues hidalguía no es otra cosa que continuado honor antiguo; y caballería es orden y regla que se mantiene desde el tiempo en que fue instituida hasta el tiempo presente. De donde, como hidalguía y caballería convienen entre sí, si armas caballero a hombre que no sea hidalgo, haces que sean contrarias hidalguía y caballería en lo que haces; y por eso aquel a quien armas caballero es contra hidalguía y caballería; y si lo es, y es caballero, ¿dónde está la caballería?
9. Si tú tienes tanto poder en la orden de caballería que puedes hacer entrar en ella al que no le conviene, necesariamente conviene que tengas tú tanto poder que puedas sacar de la orden de caballería a aquel que por hidalguía es conveniente para ser caballero. Y si la caballería tiene tanta virtud que tú no le puedas quitar su honor, ni a aquellos que por hidalguía le convienen, entonces tú no puedes tener poder de armar caballero a hombre de vil linaje.
10. En cuanto a la naturaleza corporal, tan honrada es la naturaleza en los árboles y en las bestias como en los hombres, pero por la nobleza del alma racional, que forma parte tan sólo del cuerpo del hombre, la naturaleza tiene mayor virtud en cuerpo humano que en cuerpo de animal. Por ello, la orden de caballería consiente que pueda tener caballería algún hombre de nuevo honrado linaje en atención a sus muchas nobles costumbres y sus muchas nobles acciones y con permiso de algún noble príncipe. Y si esto no fuera así, se seguiría que la caballería convendría mejor con la naturaleza del cuerpo que con la virtud del alma; y eso no es verdad, porque la nobleza de corazón que conviene con la caballería conviene mejor con el alma que con el cuerpo
11. En el examen del escudero que aspira a ser caballero, conviene que se le pregunte por su vida y costumbres; pues si la mala vida y las malas costumbres expulsan de la orden de caballería a los malos caballeros, ¡cuánto menos conveniente es que un mal escudero sea caballero y que entre en la orden de donde tendría que salir por viles acciones y por desagradables costumbres!
12. Si la caballería conviene tan estrechamente con el valor que expulsa de su orden a todos los amigos del deshonor; si caballería no recibiese a aquellos que tienen valor y lo aman y lo mantienen, se seguiría que la caballería se podría destruir en la vileza y no se podría rehacer en la nobleza, Y como eso no es verdad, por eso tú, caballero, que examinas al escudero, estás obligado a buscar en el escudero valor y nobleza más que ninguna otra cosa.
13. Debes saber por qué intención el escudero tiene voluntad de ser caballero; pues si quiere caballería para ser rico o para señorear, o para ser honrado sin dar honor a la caballería ni honrar a los honradores que a la caballería dan honor, amando la caballería ama su deshonor, por cuyo deshonor es indigno de obtener por medio de la caballería riqueza, bienandanza ni honra.
14. Así como se desmiente la intención en los clérigos que por simonía son elegidos prelados, así el mal escudero desmiente su voluntad y su intención cuando quiere ser caballero contra la orden de caballería. Y si el clérigo, si es simoníaco, en todo cuanto hace es contrario a la prelacía, el escudero en todo cuanto hace está contra la orden de caballería si con falsa intención posee el oficio de caballería.
15. Al escudero que quiere la caballería le conviene conocer la gran carga de la caballería y los grandes peligros a que están expuestos aquellos que la quieren tomar y mantener. Pues el caballero debe vacilar más ante el vituperio de las gentes que ante la muerte, y la vergüenza debe dar mayor sufrimiento a su corazón que el hambre, la sed, el calor, el frío o cualquier otro sufrimiento y trabajo a su cuerpo. Y por eso todos estos peligros deben ser mostrados y anunciados al escudero antes de ser armado caballero.
16. La caballería no puede ser mantenida sin el arnés que es propio del caballero y sin las honradas acciones y grandes gastos que convienen al oficio de caballería, Y por eso, escudero sin armas y que no posea la suficiente riqueza como para poder mantener caballería no debe ser caballero, pues por falta de riqueza falta el arnés y por falta de arnés y de dinero para gastar el mal caballero se hace robador, traidor, ladrón, mentiroso, falso y tiene otros vicios que son contrarios a la orden de caballero.
17. Hombre contrahecho, o demasiado gordo, o que tenga otro defecto en su cuerpo que le impida cumplir con el oficio de caballero no debe entrar en la orden de caballería, pues vileza es de la orden de caballería recibir hombre que sea enteco, enfermizo o incapaz de llevar armas. Y es tan noble caballería y tan alta en su honra que la riqueza y la nobleza de corazón o de linaje no bastan a escudero que esté lisiado en algún miembro
18. Preguntado e inquirido debe serle al escudero que pide caballería si ha cometido maldad o engaño que sea contra la orden de caballería, pues tal falta habrá podido cometer, y tanto puede significar la falta que ha cometido, que no sea digno de que caballería lo reciba en su orden y lo haga compañero de aquellos que mantienen el honor de la caballería.
19. Si el escudero tiene vanagloria de lo que hace, no parece que sea bueno para caballero, pues la vanagloria es vicio que destruye los méritos y galardones de los beneficios que la caballería otorga. Y escudero adulador no conviene con el oficio de caballero, pues el adulador tiene la intención corrompida, por cuya corrupción destruye y anula la voluntad y la lealtad que son propias del corazón de caballero.
20. Escudero orgulloso, mal educado, sucio en sus palabras y en sus vestidos, de cruel corazón, avaro, mentiroso, desleal, perezoso, iracundo y lujurioso, borracho, glotón, perjuro o que tenga otros vicios semejantes a éstos, no se conviene con la orden de caballería. De donde, si la caballería pudiese recibir a aquellos que están contra su orden, se seguiría que orden y desorden serían una misma cosa. De donde, como la caballería es pura ordenación del valor, por eso debe ser examinado todo escudero antes de ser armado nuevo caballero.

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